domingo, 1 de agosto de 2010

Creo necesario que se entienda cuando hablo y escribo. Creo necesario que se comprendan de manera global algunas cuestiones que para pocos, lamentablemente, parecen ser importantes. No sé de donde provienen las ideas o las ideologías, lo que sí sé es de donde proviene la mía. Creo que esa seguridad es suficiente para mantener mi paz interior. El saber y comprender el motivo de mi actuación frente a una sociedad uniforme y desequilibrada al mismo tiempo, la cual me quiso (y aun intenta) marcar el andar sin éxito. Es mucho, verdaderamente. Supe desde siempre que el camino a estar en paz era la verdad. ¿Pero la verdad de quién? Yo creo que tengo mi verdad. Entonces, esa es la verdad.

Creo necesario que traten de decirme en que me equivoco. Pero eso si, desde el momento en el que cuestionen mi manera de vivir quiero respuestas contundentes a mis preguntas. Nunca pudieron hacerme correr hacia la vereda de enfrente. Sigo escuchando, sigo creyendo en la necesidad de escuchar y que me escuchen. De decir y que me digan. Pero sigo creyendo necesario llegar a todos con mis ideas que son ideas que deben traer superación a tanta decepción. Salvación a tanta muerte.



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